Fue el principio del fin, la iniciación del largo e interminable adiós en que a partir de entonces, se convirtió mi vida. Como la luz del sol, cuando se abre una ventana después de muchos años, rasga la oscuridad y desentierra bajo el polvo objetos y pasiones ya olvidados, la soledad entró en mi corazón e iluminó con fuerza cada rincón y cada cavidad de mi memoria
La lluvia amarilla- Julio Llamazares
viernes, 10 de abril de 2009
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